¿Qué pasa con el POT vigente? El POT del Distrito de Barranquilla data de septiembre de 2000 y fue expedido por el Alcalde de la época, Bernardo Hoyos Montoya, a través del Decreto 0154. Dicho plan fue actualizado posteriormente por el Concejo Distrital mediante el Acuerdo 003 de marzo 26 de 2007; estas dos piezas legales constituyen la imagen territorial de la ciudad en la actualidad.

Para Carlos Javier Velásquez, experto en temas ambientales y urbanos, el actual POT es un documento extenso -655 artículos-, plagado de tecnicismos, errores de redacción, de forma y fondo, lleno de ideas a medio hacer, que remite de manera permanente a otros documentos, técnicos y legales; en fin a un conjunto no sistemático ni ordenado de muchas pequeñas cosas, sin una gran cuestión: la visión integral, transectorial y holística de nuestra ciudad. 

Resulta preocupante el nivel de ejecución alcanzado por el POT 12 años después de haber sido expedido. Tres administraciones pasaron sin pena ni gloria dejando como balance un vergonzoso 2% de cumplimiento. Lo anterior demuestra que el papel aguanta todo, que las normas se expiden pero no se respetan, los planes se formulan pero no se ejecutan.

¿Cómo creció la ciudad en estos últimos 12 años? Desordenada, gran parte de nuestros problemas actuales de movilidad, espacio público y mobiliario urbano, infraestructura vial, seguridad y medio ambiente pueden tener su origen en el crecimiento anómico que ha tenido Barranquilla -equiparando el adjetivo utilizado en sociología-. Este 2% de cumplimiento del actual POT pone en evidencia una baja capacidad de ejecución por parte de nuestras autoridades y poca corresponsabilidad y participación de los ciudadanos para exigir cuentas y mejores resultados en la gestión de los gobiernos.

¿Quién asume esta responsabilidad? Las consecuencias las estamos pagando todos, y me refiero a consecuencias económicas y ambientales. Los POT generan altas expectativas y pocos cambios tangibles, esto tiende a deslegitimar los procesos de planeación y a generar poca confianza de los ciudadanos sobre la conveniencia y efectividad de estas herramientas.

Este hecho debe prender todas las alertas para que junto a la discusión que en la ciudad se va a dar en torno a un nuevo POT, el análisis de las causas de su bajo cumplimiento conlleve a aprendizajes y compromisos de este gobierno y los venideros, para que pasados 12 años no estemos nuevamente frente un pobre escenario de ejecución, repitiendo la historia, con una ciudad no viable y hostil para sus habitantes.

¿Qué opinamos en BqCV sobre el nuevo POT? Para nosotros como iniciativa ciudadana que monitorea los cambios en la calidad de vida urbana y promueve la formación de una ciudadanía más informada, participativa y corresponsable; el nuevo POT, es una oportunidad de construir y materializar la ciudad deseada en los próximos 12 años.

Celebramos la iniciativa de EL HERALDO, al promover esta serie de foros para avanzar en una construcción colectiva de ciudad; valoramos la vinculación de la administración distrital participando activamente en estos espacios que de seguro contarán con gran afluencia de ciudadanos. Sin embargo expresamos nuestras consideraciones:

1. Necesitamos que el documento propuesta del POT esté publicado para el análisis y discusión ciudadana, a la fecha de realización de esta nota no contamos con el documento para conocer la propuesta presentada por la administración distrital, resultado de la consulta y construcción conjunta en los últimos 2 años. Los foros promovidos por EL HERALDO serán más valiosos y de un mayor aprovechamiento, si el documento circula previamente.

2. Animamos a la administración a emprender una gran campaña pedagógica para que la gente conozca la naturaleza, alcance e importancia del POT. El carácter técnico de este instrumento puede dificultar la comprensión del ciudadano de las propuestas contenidas y sus implicaciones; cartillas y materiales de apoyo se deben diseñar.

3. Los foros de El HERALDO no sustituyen los espacios de participación que deben ser promovidos directamente por la administración distrital: cabildos en las localidades, foros académicos, talleres de discusión, sesiones con grupos de interés y un diálogo rico y diverso con la ciudadanía si se quiere generar corresponsabilidad con el futuro de la ciudad. Creatividad, recursividad y mecanismos claros para incentivar la participación ciudadana pedimos a la administración en esta etapa de socialización; ojalá involucrando alcaldes locales, ediles, JAL, organizaciones sociales y movimientos ciudadanos.

4. Solicitamos a la administración reactivar el Consejo Territorial de Planeación cuya responsabilidad consiste en rendir concepto y formular recomendaciones, garantizando para esto, escenarios de información, formación y debate ciudadano. Sus aportes permitirían a la administración contar con un concepto valioso desde la sociedad civil, para visibilizar las dinámicas territoriales. De igual forma empoderar los Consejos Consultivos de Ordenamiento como instancia asesora de la administración en materia de ordenamiento territorial.

5. Hacemos un llamado a las universidades, expertos, centros de pensamiento y gremios de profesionales, a analizar la propuesta de POT, una vez sea pública; y participar, cualificando el debate que se debe dar en la ciudad.

El POT se constituye además en una oportunidad valiosa para que las ciudades proyecten una visión de largo plazo, tal y como lo menciona el experto urbanista y planificador Roberto Camagni, que la ciudad es la principal creación artificial humana, y por tanto, es casi imposible encontrar un modelo ideal para gestionarla, pero agrega que planearla y ejecutar lo planeado a partir de un modelo ideal de forma continua y permanente, es una necesidad ineludible.

No podemos permitir que los intereses particulares y enfrentamientos políticos permeen el debate y la deliberación que debe estar a la altura de las demás ciudades en Colombia.

Esta es una oportunidad valiosa para la actual administración de liderar un ejercicio democrático, incluyente y amplio que genere un saldo pedagógico para Barranquilla: ciudadanos corresponsables en la construcción de la ciudad deseada y propositivos frente al ordenamiento del territorio; vigilantes de la gestión de sus gobernantes, así como una institucionalidad fortalecida.

Por Rocío Mendoza
Directora de Barranquilla 
Cómo Vamos BqCV