Palabras del Presidente Juan Manuel Santos en el IV Foro Caribe Siglo XXI, ‘El TLC como estrategia de crecimiento’

Barranquilla, 28 mar (SIG). “Benjamin Franklin decía que ‘ninguna nación ha sido arruinada por el comercio –jamás–’.

William Pitt, ‘el Joven’ –dos veces primer ministro de Inglaterra a fines del siglo dieciocho– decía que la política de Inglaterra era su política comercial.

A mediados del siglo diecinueve, otro súbdito británico, Sir John Bowring, fue enviado por el Rey a China, a la impenetrable China, y este señor acabó promoviendo una guerra, la ‘Segunda Guerra del Opio’, solamente para obligar al gran imperio oriental a abrir su comercio y legalizar el opio, para que los ingleses pudieran traficarlo sin problemas.

Bowring llegó a decir una frase que me sorprendió cuando la leí, pero muy contundente: ‘El libre comercio es Jesucristo, y Jesucristo es el libre comercio’.

Nosotros –por fortuna– no tenemos que ser tan radicales, ni mucho menos tenemos que iniciar una guerra para gozar de los grandes beneficios del libre comercio.

Ya tenemos libre comercio con muchos países –incluidos países desarrollados como Canadá y Suiza– y hoy nos reunimos aquí en Barranquilla para examinar sus ventajas, para el país y para la región, en lo referente al tratado suscrito y aprobado con los Estados Unidos.

Un buen ejemplo lo podemos encontrar en el vecindario si examinamos los resultados del TLC entre un socio muy cercano a nosotros, Perú, y Estados Unidos.

En sus dos primeros años de implementación, Perú ha registrado más de 400 nuevos productos que hoy exporta a Estados Unidos que antes no exportaba. De esos nuevos productos, el 96 por ciento de esos productos son NO tradicionales.

Además, desde el momento en que entró en vigencia el tratado, se han registrado en el Perú más de 1.300 nuevas empresas exportadoras. El 96 por ciento de ellas son micro y pequeñas empresas.

De nuestra parte, ya tenemos una muy buena idea de lo que significa el TLC para Colombia. Significa algo muy sencillo: MÁS EMPLEO Y MÁS PROSPERIDAD PARA TODOS. Eso es lo que significa.

Se estima que el comercio bilateral aumentará en promedio un 35 por ciento y que la tasa de inversión crecerá 2 por ciento –no solo por cuenta de inversionistas norteamericanos sino por otros inversionistas de todas partes del mundo interesados en exportar desde aquí, desde Colombia, desde Barranquilla, hacia los Estados Unidos–.

El Tratado impulsará un crecimiento adicional que se calcula en uno por ciento del PIB, y un incremento en los ingresos tributarios del 0,7 por ciento, de manera permanente. Es un incremento que será de manera permanente y no por una sola vez.

Lo que además acumulará más recursos para lo que debe ser cualquier política de cualquier gobierno: más inversión social.

Además, calculamos que –con el TLC– vamos a generar 500.000 empleos en cinco años, motivando la caída de un punto en la tasa de desempleo de manera permanente y de dos puntos en la tasa de informalidad.

Y estamos seguros de que el Caribe se va a llevar una muy buena parte de esos 500 mil empleos, de esos puestos de trabajo.

Aquí en la Costa se generarían cerca 200.000 de esos empleos de los que estoy hablando.

Y eso no debería extrañarnos porque –entre otras razones– esta es una magnífica ubicación para cualquier empresa que quiera hacer negocios en el continente americano.

Ahora bien: muchos piensan que el TLC sólo tiene efectos a nivel de las empresas y las cifras macroeconómicas. Pero no es así.

Lo más importante de los TLC, su razón de ser, en el fondo, y en este caso en particular, será sus efectos positivos para la gente, para el ciudadano común y corriente, para los colombianos y, sobre todo, para los colombianos más pobres.

De hecho, uno de los impactos más grandes de este acuerdo es que nos ayudará –en cuatro años– a lograr nuestro objetivo de sacar a 1,2 millones de colombianos de la pobreza extrema.

El TLC con Estados Unidos significa, desde ya, más empleo y por ende menos pobreza, porque es a través del empleo como podemos combatir con más efectividad la pobreza, que son dos de nuestros tres principales objetivos de nuestro Plan Nacional de Desarrollo.

Por supuesto, el país debe llegar muy bien preparado a ese momento y se está trabajando –ténganlo por seguro– en todos los frentes para que así sea.

Como muchos saben, ampliamos el Programa de Transformación Productiva y ya no son 12 sino 16 sectores los que hemos identificado por su gran potencial para ser competidores de talla mundial.

Les doy apenas una cifra para que puedan dimensionar este potencial del que les hablo:

El año pasado nuestras exportaciones no tradicionales –sin contar oro ni esmeraldas– fueron de más de 14 mil millones de dólares; y de ese total, más de 4 mil millones de dólares –casi el 30 por ciento– correspondieron a nueve sectores del Programa de Transformación Productiva.

Por eso, allí estamos haciendo una apuesta grande; estamos trabajando para mejorar el capital humano de las empresas que hacen parte de estos sectores de talla mundial, además de corregir debilidades en sus cadenas productivas y eliminar, en lo posible, las barreras normativas que dificultan su trabajo.

Si estos sectores productivos se fortalecen, tendremos una oferta exportable mucho más sólida –con más valor agregado, es decir con más empleo aquí en Colombia–, lo que nos permitirá posicionarnos con más solidez en todos los mercados, pero sobre todo, en este caso, en el mercado de Estados Unidos.

Todo esto –al final– se traduce en más ventas, en mejores empleos, en más ingresos, en más oportunidades, es decir, en más PROSPERIDAD PARA TODOS.

En el fondo, estamos hablando de competitividad, de fomentar un aparato industrial, productivo, que ofrezca mejores productos y servicios.

Y la ‘competitividad’ está directamente relacionada con una de nuestras cinco locomotoras. Con esa locomotora de la Innovación.

Este año lanzamos iNNpulsa, una Unidad de Innovación, Emprendimiento y Desarrollo Empresarial que –entre otras cosas– ofrece recursos no rembolsables a los empresarios para que inviertan en sus procesos de innovación.

Vamos a cofinanciar a emprendedores que vengan con nuevas ideas –ideas innovadoras, con potencial de éxito–, así como a empresarios que les apuesten a nuevos productos o, incluso, a Mipymes que aporten a la eficiencia de las cadenas productivas.

Este es un esfuerzo dirigido a todos esos colombianos emprendedores. Y si algo caracteriza a los colombianos es eso: su emprendimiento, su creatividad, ser recursivos, que piensan diferente y que también piensan en grande.

También es una invitación a aquellos empresarios que desean reinventarse, que ahora tienen una gran oportunidad y que anhelan conquistar mercados globales. Y uno que queda a dos horas en avión desde aquí de Barranquilla, que es el de Estados Unidos.

De otra parte, en febrero de este año, di instrucciones para que el equipo de trabajo del Gobierno trabaje tanto en la implementación como en el aprovechamiento del TLC.

En materia de aprovechamiento está encargado el doctor Hernando José Gómez, quien fue nuestro buen Director de Planeación y que tiene una experiencia muy amplia en este frente, en este trabajo, entre otras cosas, porque fue uno de los negociadores del Tratado de Libre Comercio.

Él ha iniciado un diálogo con sectores productivos y con regiones, y de allí saldrá un Plan de Trabajo –que estará listo en las próximas semanas– con acciones específicas para maximizar los beneficios de tener acceso libre al mercado más importante del planeta.

Adicionalmente y con el objetivo muy concreto de implementar el acuerdo comercial, hemos elaborado una agenda transversal con 53 acciones prioritarias que agrupan más de 250 actividades.

En esta agenda trabajan coordinadamente el Ministerio de Comercio, Planeación Nacional y la oficina que dirige el doctor Hernando José.

Esa agenda de actividades tiene un cronograma que vamos cumpliendo en un porcentaje alto:

Van 56 actividades ya cumplidas –el 22 por ciento–; otras 149 actividades –el 60 por ciento– avanzan según los tiempos del cronograma; y apenas 46 actividades –el 18 por ciento– presentan algún tipo de retraso.

Estamos hablando de asuntos como agilizar las inspecciones en los puertos, para que se hagan las 24 horas y los 7 días de la semana –y para ello se debe involucrar a muchos actores, como la Policía Aduanera, la Dian, el ICA y el Invima.

Y aquí quiero aprovechar, capitán Castillo, para felicitarlo a usted. Usted ha hecho una labor contra la corrupción como Dios manda, con toda la contundencia. Usted se merece el aplauso de todos los colombianos.

Los usuarios del Puerto de Barranquilla y los comerciantes y los industriales pueden dar fe de cómo ha cambiado en estos últimos 18 – 19 meses la situación en Barranquilla en materia de contrabando y de corrupción, en lo que estaban sufriendo muchísimo aquí y en otros sitios del país. Eso ha mejorado sustancialmente, y por eso lo felicito.

Estamos gestionando los recursos humanos y la infraestructura necesaria para que eso empiece a funcionar todo como un ‘relojito’, para que todo esté como un motor: bien calibrado.

Vamos a usar, además, tecnologías como escáneres, para no desperdiciar tanto tiempo abriendo y revisando cada contenedor.

Otro tema ha sido el Instituto Nacional de Metrología –que creamos a finales del año pasado y que ya está operando–.

Este instituto es muy importante porque nos permite manejar normas técnicas universales para darles estándares de calidad a los diferentes productos y servicios.

Estamos tramitando con las autoridades de Estados Unidos el reconocimiento que necesitamos para exportar –sin restricciones– frutas, hortalizas y carne bovina.

También les estamos dando los últimos ajustes al decreto de restructuración del Invima, para un mejor control y registro de los medicamentos y alimentos que entran y salen del país.

Incluso, estamos avanzando para flexibilizar los requisitos y agilizar los procedimientos para la expedición de visas de trabajo, con el propósito de facilitar los negocios internacionales, la generación de oferta exportable y la inversión.

En fin, son cientos de detalles que estamos afinando y que no solo implican inversiones sino también decretos y resoluciones. Incluso proyectos de ley como el que ya fue aprobado, fueron tres proyectos de ley aprobados, en las comisiones conjuntas, el martes pasado, para dar cumplimiento a unos de los compromisos adquiridos con Estados Unidos.

En todos esos asuntos –en todos– estamos trabajando y al mismo tiempo ya hemos empezado a explorar los potenciales compradores norteamericanos.

Proexport estructuró un Plan de Acción –que inició el pasado mes de noviembre–, el cual incluye más de 150 actividades, no solo en todo el territorio nacional, sino también en los 50 estados –en todos los 50 estados– de los Estados Unidos.

En total, esperamos concretar más de 15 mil citas entre 1.500 exportadores colombianos y 1.300 compradores de Estados Unidos.

O sea que aquí tenemos que ponernos las pilas, ¡tenemos que ponernos todos los pilas!, porque –como bien dicen en Barranquilla– ‘camarón que se duerme se lo lleva la corriente’.

Porque este Acuerdo realmente es un desafío enorme y una oportunidad enorme. Cómo me complace, doctor Ferro, escuchar el entusiasmo con que usted está haciendo su trabajo, escuchar el entusiasmo con que está promoviendo algo fundamental. Usted lo dijo: los productos, el comercio, esos son hechos por personas. Y el potencial, el activo más importante que puede tener cualquier región o cualquier país, es su capital humano.

Ese enfoque que usted le está dando, a asociarse con centros de investigación, acreditando sus programas aquí en la universidad, cada vez subiendo el estándar y las calidades, esa es la forma como podemos realmente aprovechar esos acuerdos, y aprovechar el comercio libre. Esa es una forma muy, muy inteligente, porque eso es lo que realmente hace sustentable el desarrollo y todos esos logros que esperamos alcanzar.

Y permítanme ahora hablar, en concreto, del Caribe colombiano, porque esta región es clave –fundamental– para el aprovechamiento de este TLC, y diría que será la gran beneficiaria de este Tratado.

Y cuando hablo de la región, me refiero también –y esto es importante tenerlo siempre en mente– a todos los costeños, a todos los compatriotas, a los más pobres: a los campesinos, a los obreros, que tendrán mayores oportunidades, y a los desempleados, que podrán encontrar por fin un trabajo, y un trabajo digno. Y ojalá un trabajo formal.

En esta región Caribe, Proexport ya ha promovido la visita de 25 compradores de Estados Unidos, para que conozcan los productos y servicios que aquí se ofrecen.

Así mismo, ha llevado a varias empresas de la región para participar –allá, en Estados Unidos– en misiones comerciales.

¡Y de esa gestión ya hay resultados!

Desde el primero de enero y hasta el pasado 20 de marzo, teníamos contabilizadas 32 empresas del Caribe que ya habían hecho negocios por más de 16 millones de dólares, y eso que no había entrado en vigencia el TLC.

Un famoso empresario decía que son tres las claves de los buenos negocios: la primera, ubicación; la segunda, ubicación, y la tercera, ubicación.

¡Y qué mejor ubicación que este Caribe colombiano, que es el cruce de caminos de América!

Aquí –estoy seguro– vendrá muchísima más inversión extranjera, no solo de empresas de Estados Unidos, sino también de todos los países interesados en aprovechar al Caribe como plataforma exportadora hacia Estados Unidos, hacia toda Norteamérica, porque también está Canadá.

Por eso hemos estado trabajando con especial interés en esta región porque entendemos su relevancia geoestratégica.

Conscientes de esa realidad y de esa oportunidad, hemos pensado en el Caribe desde la misma concepción del Plan Nacional de Desarrollo.

Tan solo el año pasado invertimos más de 170 mil millones de pesos en el mantenimiento de vías terciarias, en el marco del ‘Programa Caminos para la Prosperidad’.

Este año vamos a invertir 1,2 billones de pesos en las seis concesiones viales que hay en esta región y nuestro objetivo es entregar 60 kilómetros nuevos de doble cazada.

Durante todo el cuatrienio, la inversión será de 3,2 billones y la meta es terminar 300 kilómetros de doble calzada para el Caribe.

Además, el Invías –en este primer semestre del año– adjudicará contratos por 100 mil millones de pesos para rehabilitación y mantenimiento de otros 420 kilómetros de vías.

Y mientras todo esto avanza, estamos pensando en grande y por eso trabajamos para concesionar 1.400 nuevos kilómetros en el Caribe, lo que requiere de una inversión global cercana a los 6 billones de pesos.

En mayo vamos a adjudicar la estructuración de todo este ‘paquete de corredores’ y calculamos que a mediados del próximo año empezaremos a licitar todas estas obras.

A algunos les parecerá muy lejano, pero valga decir que la estructuración –es decir la preparación correcta, con cuidado, de los proyectos, así tome más tiempo– es la garantía de que las obras en efecto se entreguen. Sin que suceda lo que suele suceder, que se dejan por la mitad del camino o acaban costando cinco o siete o diez veces su costo inicial. Y que se entreguen sin contratiempos, porque los colombianos ya estamos bastante aburridos de obras inconclusas.

Ahora bien, ustedes –los líderes empresariales del Caribe colombiano– pueden hacer mucho por sí mismos, para mejorar su competitividad con miras a aprovechar el mercado más importante del planeta.

Eso es posible, en buena medida, gracias a la reforma a las regalías, que nos servirá para generar EQUIDAD y para REDUCIR LAS BRECHAS DE DESIGUALDAD en la región Caribe y en todas las demás regiones del país.

Y hay que tener en cuenta la buena noticia que dimos a conocer la semana pasada, cuando anunciamos que el presupuesto de regalías de este año se va a incrementar, gracias a los mejores precios del petróleo.

Antes habíamos calculado unas regalías de 8,2 billones de pesos. Con los mejores precios del petróleo, podemos incrementar esas regalías y vamos a distribuir unas regalías por 9,1 billones de pesos, de los cuales 2,7 billones corresponden al Caribe. O sea, con ese incremento, 200 mil millones más de los que estaban previstos.

(…)

Esos serán recursos para que ustedes inviertan con buen juicio en ciencia y tecnología, en educación, en mejor infraestructura, en macroproyectos regionales… en fin, en lo que a ustedes más les convenga como región. Ustedes van a decidir cómo utilizar esos recursos.

Si lo hacen bien, se anotarán otro gol para aprovechar el TLC, porque este acuerdo comercial también es –en sí mismo– una oportunidad para ser más competitivos –y debo insistir– para Reducir brechas y generar más equidad.

Cuando exportemos más carne, o más banano, o más aguacates a los Estados Unidos, los primeros beneficiados serán los hombres y mujeres que viven de esta actividad –los que siembran y trabajan el campo–.

Y en el Caribe estamos cubriendo todos los frentes porque –si queremos ser exitosos en el desarrollo del TLC– debemos pensar con vocación empresarial, pero también –eso quiero repetirlo y lo voy a repetir hasta la saciedad– con convicción social. Que todos los frutos de este tratado y todo los que nos trae este tratado, les llegue a los más pobres. Es muy importante para que este país realmente sea sustentable hacia el futuro.

Así hemos obrado desde el Gobierno y para la muestra hay varios botones:

Hemos más que duplicado los suscriptores de banda ancha en los ocho departamentos del Caribe: pasando de 140 mil a más de 350 mil.

Hoy la región tiene 76 municipios con acceso a fibra óptica –de los cuales ya hacen parte todos los 23 municipios del Atlántico, lo que habla muy bien de este departamento–.

El rezago de los restantes lo vamos a superar en menos de 18 meses: tan solo este año vamos a conectar a 90 municipios más y le vamos a sumar otros 30 a junio del próximo año.

La única población del Caribe por fuera de este grupo es la isla de San Andrés, porque allí tendrán Internet de alta velocidad a través del cable submarino que viene desde Tolú.

Es decir, todos los municipios del Caribe estarán conectados. Porque más acceso a las nuevas tecnologías, más acceso al internet, significa mejor educación, a la larga; mejor información; mejor salud, porque muy pronto vamos a comenzar a ver en los municipios más alejados del país, si están conectados, que en un puesto de salud enfocan al paciente y ven qué es lo que tiene y desde un hospital de alta tecnología, de alta capacidad, les dicen: miren, lo que este paciente tiene es esto, y dénle esto para curarlo.

Lo que el buen uso de la tecnología, lo que está transformando, y la velocidad como está transformado el desarrollo del mundo, sobre todo de las regiones más pobres, es impresionante. Por eso tenemos que aprender a usar esa nueva tecnología. Pero antes de usarla tenemos que estar conectados. Por eso nuestro énfasis en esa política de conectar a los municipios más pobres.

Por esa misma razón le damos prioridad a lo que el doctor Ferro mencionaba: la educación. Hemos invertido 56 mil millones de pesos en la construcción de siete megacolegios, en Soledad, Cartagena, Santa Marta, cada uno con capacidad para mil 400 estudiantes. ¿Y por qué? Porque todos lo sabemos, pero tenemos que repetirlo y hacer todos los días una especie de reiteración de ese propósito, porque mejor educación, sobre todo educación de calidad, eso sí que se traduce en más Prosperidad para Todos.

También le hemos dado continuidad a la financiación de los Sistemas de Transporte Masivo de Montería, de Santa Marta, de Sincelejo, de Valledupar y de Cartagena.

Tan solo para el Transmetro –de aquí, de Barranquilla– apropiamos para este año cerca de 95 mil millones de pesos y en total serán más de 360 mil millones de pesos hasta el año 2014.

¿Por qué? Porque también la movilidad es mejor calidad de vida, es mejor bienestar y más Prosperidad para Todos.

El año pasado avanzamos en salud logrando que 600 mil habitantes del Caribe ingresaran al sistema.

Eso también es prosperidad para el Caribe colombiano y mejor calidad de vida para sus habitantes.

Estamos obteniendo buenos resultados en materia de vivienda, porque entendemos que un techo digno es una condición básica para salir de la pobreza y para la prosperidad.

En asocio con el sector privado, trabajamos en la construcción de 20.000 viviendas del Macroproyecto Villas de San Pablo –aquí, en Barranquilla–, además de otras 25.000 de la Ciudad del Bicentenario en Cartagena.

Y no solo hemos pensado en los centros urbanos, sino también en las zonas rurales: en ese campo colombiano al que tienen derecho de retornar todos los campesinos que se han visto obligados a dejarlo, por razones de la violencia.

En el Caribe hemos acompañado el retorno de 4.400 hogares a través del Programa Familias en su Tierra, brindándoles planes de generación de ingresos e infraestructura social.

Ellos también se han estado incorporando al aparato productivo para que juntos –en las ciudades y en el campo– le hagamos frente y aprovechemos las oportunidades del TLC.

Hemos hecho un gran esfuerzo en conectar hogares al sistema, por ejemplo, de gas natural, que es un sistema para dar energía, más barato y más limpio: 80 mil hogares el año pasado en la Costa: 350 mil personas beneficiadas.

Como dije a los campesinos, y les he dicho muchas veces, de los Montes de María: el objetivo es, por ejemplo, ver que esos aguacates deliciosos, maravillosos, que producen en los Montes de María, que hasta hacen tan solo unos años solamente se los podía comer ‘Martín Caballero’, ahora los puedan producir y los puedan vender en el mercado de Miami esos campesinos de los Montes de María.

Imagínese. Estoy soñando con ese momento en que agarre un aguacate ahí cerca del Carmen de Bolívar y los lleve a un supermercado en (Estados Unidos). Ahí estamos hechos. Esa es la forma de protocolizar lo que este Tratado de Libre Comercio significa.

En eso quiero aprovechar y hacerle un homenaje aquí al doctor Jorge Ramírez, porque el doctor Ramírez, desde que fui Ministro de Comercio Exterior estuvo al frente y batallando por este Tratado. Él era Presidente de Analdex, pero después siempre estuvo promoviendo aquí y en Estados Unidos, la cantidad de lobby que hizo, no le quedó mucho pelo después de tanto esfuerzo. Pero usted puede ver que este resultado, finalmente, después de 20 años, va a ser una realidad.

Espero poderle dar una buena noticia con el Presidente (Barack) Obama, ahora que venga en 15 días aquí a Colombia, espero darle una buena noticia en ese sentido. Y usted debe sentirse muy satisfecho, doctor Jorge.

Además fue de las primeras personas que me enseñó a negociar. Él era el Director de la Oficina de la Federación de Cafeteros en Londres cuando yo inicié mi carrera profesional. Y yo quedaba siempre muy impresionado porque es buen matemático, entonces le aplicaba la teoría de juegos a las negociaciones. Y yo decía: ‘Este señor tiene que ser muy inteligente’. Y en efecto lo era.

Pero, queridos amigos, yo quisiera que de este Foro salieran con una convicción: el Tratado de Libre Comercio es un instrumento muy importante para que podamos seguir sembrando semillas de prosperidad. Por eso, como decía hace 20 años, desde que fui Ministro de Comercio Exterior del país, comenzamos a hablar de la importancia de tener este Tratado de Libre Comercio.

Cuando negociamos el G-3 con México, lo negociamos con las reglas de origen del Nafta, porque queríamos añadirnos al Tratado de Libre Comercio, entre Canadá, Estados Unidos y México. No se pudo por razones que todos ustedes conocen. Y después luchamos para poder negociar, y después luchamos para poder aprobar en el Congreso. Finalmente se logró el año pasado en el Congreso norteamericano. Y el último paso es la implementación.

Y esa es la realización de un sueño que para Colombia, si lo sabemos aprovechar, va a ser realmente algo muy importante.

Y hoy, en este año 2012, podemos decir que este sueño está a punto de convertirse en realidad. Pero depende de ustedes, de todos nosotros, que esa realidad sea positiva y que sea fuente realmente de bienestar para todos los colombianos, no para unos pocos. Y que sea fuente de bienestar para los habitantes de la Región Caribe.

Y repito: depende de un esfuerzo mancomunado, de todos, el Gobierno solo no lo puede hacer. Los empresarios solos tampoco lo pueden hacer. Es un esfuerzo entre todos.

El TLC, que este año debemos comenzar a implementar, es y será el título de la estrategia de este Foro: ‘Una estrategia de crecimiento’. De crecimiento para todo el país.

No perdamos esta oportunidad. Es una oportunidad magnífica para Colombia y es una oportunidad e inclusive mejor para la Región Caribe. Es una oportunidad, además, para crecer, pero crecer con equidad.

Estoy seguro de que si internalizamos ese mensaje y nos dedicamos a trabajar, esta oportunidad que se nos presenta de tener el mercado más importante del planeta a dos horas de Barranquilla, es una oportunidad que nos va a traer muchos beneficios. A eso los invito.

Muchas gracias”.